El musical .[


 

 

En 1993, el letrista canadiense Lúc Plamondon andaba a la búsqueda de material para un nuevo musical. Un día tropezó casualmente con un nombre propio: Quasimodo. Había encontrado lo que buscaba. La lectura de la novela de Víctor Hugo disipó sus últimas dudas.

 

"Es una historia conocida que no necesitaba ser explicada. Ese es el motivo por el que existen al menos una docena de películas basadas en el texto de Víctor Hugo, desde la época del cine mudo hasta la reciente animación de Disney. Cuanto más me documentaba sobre las adaptaciones teatrales y de ballet que se habían hecho, más me convencía de que estaba en el buen camino. De hecho, descubrí que el propio autor escribió un libreto para una versión de ópera en 1835, cuatro años después de que la novela se publicase". El proyecto del musical Notre-Dame de París ya estaba en marcha.

 

El siguiente paso era elegir al responsable del apartado musical. El compositor Richard Cocciante era el más indicado. "Casualmente, Richard tenía una selección de melodías realmente bellas que nunca sintió que pudiera utilizar en sus propias grabaciones. Finalmente, esas melodías se convirtieron en Danza mi Esmeralda, Belle y La Era de las Catedrales", explica Plamondon. Durante tres años, Plamondon y Cocciante trabajaron para dar forma al espectáculo.